Soy una gran fan de todo tipo de verduras. He tenido la suerte desde pequeña de tener un afinidad exarcebada hacia todo lo verde (menos los viejos), pero siempre ha habido una que se me resistía, la coles de Bruselas. Ese amargor desagradable me producía poner el mismo gesto que Millán Salcedo hablando con la empanadilla de Móstoles. Durante años la dejé relegada en el baúl de los recuerdos, hasta que un día me armé de valor y me dije: Tu puedes! Y con un par de ..... (que cada uno rellene los puntos con lo que más le agrade) decidí probarlas de nuevo. ALELUYA!!!!! la fumata blanca asomaba entre esas coles salteadas con ajo y arándanos, un aroma embelesador me tentaba. Nuestra relación cambió, ese odio africano se desvanecía y una nueva relación hispano-belga se había formado.
Aqui va mi receta para los que quieran
establecer lazos de nuevo con esta verdura tan odiada:
- Coles de Bruselas
- Un puñado de arándanos secos
(deshidratados)
- Dos dientes de ajo cortaditos
- Un chorrito de vino blanco
- Chorrito de aceite de oliva
- Cayena en polvo (esto va a
gusto del consumidor)
- Sal
En una sartén echamos un chorrito de aciete y
los ajos (no dejemos que se quemen que entonces se fastidia todo).
Añadimos las coles de bruselas que hemos cocido previamente en agua
(obivamente las hemos escurrido). Echamos los arándanos y un chorrito de vino
blanco. Añadimos la sal y la cayena. Fácil, rico, rico (como diría aquel) y lo
mejor de todo es que ayuda a evitar el cáncer de estómago y es antioxidante.
Toma ya!!!!
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